domingo, 20 de mayo de 2007

LOS BORBONES

DURANTE FELIPE V
España reclama históricamente la retrocesión de la colonia (actualmente Territorio Británico de Ultramar) de Gibraltar, si bien se ha mostrado últimamente favorable a fórmulas de soberanía compartida. La reclamación comenzó desde el momento en que tropas angloholandesas tomaron la plaza en nombre del Archiduque Carlos durante la Guerra de Sucesión Española (1704), pasando posteriormente a manos británicas mediante el Tratado de Utrecht (1713). La reclamación, que incluyó operaciones militares, fue particularmente intensa durante el siglo XVIII, languideció durante el XIX y primera mitad del XX y fue llevada por el gobierno franquista a Naciones Unidas durante la década de 1960. Allí, encuadrada en los procesos descolonizadores, España obtuvo el reconocimiento de su postura al reconocer las resoluciones al efecto (2231 y 2353) que el proceso descolonizador debía respetar el derecho a la integridad territorial de España y que los intereses, y no los deseos de los gibraltareños, debían ser respetados. Sin embargo, el gobierno británico mantuvo que ninguna medida se tomaría sin la aprobación de los gibraltareños, los cuales, invocando el derecho de autodeterminación, han rechazado sostenida y contundentemente cualquier arreglo con España (primero en 1967, rechazando cualquier posibilidad de pasar a soberanía española, con 12.138 en contra y 44 a favor, y posteriormente en 2002 rechazando el acuerdo de soberanía compartida entre España y el Reino Unido con el 99% de votos contrarios sobre una participación del 88%).
TENDENCIA CENTRALIZADORA DURANTE FELIPE V
Su acceso al trono, gracias al testamento de Carlos II de España, ocasionó la Guerra de Sucesión Española entre sus partidarios y los del archiduque Carlos de Austria. Ganada la guerra y la renuncia del archiduque al trono español, llevó a cabo una política centralizadora a imagen de la practicada en Francia. Abolió privilegios de los antiguos reinos medievales y trató de unificar la legislación para todos los territorios, instauró la Ley Sálica. En 1714 aprobó la constitución de la Real Academia Española.
Las tensiones producidas por las innovaciones que introdujo le llevaron a abdicar en 1724 en su primogénito Luis I de España, quién falleció en ese mismo año, lo que le llevó a hacerse nuevamente cargo del trono hasta su muerte. Fue sucedido por su segundogénito Fernando VI de España.

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